jueves, 12 de diciembre de 2013

Bayamo me acoge en sus brazos

Plaza del Himno de Bayamo y la Catedral San Salvador.
 “Usted y yo somos bayameses, porque yo tengo de Bayamo el alma intrépida y natural”.  José Martí

Por Aylen Medina Ferriol
Foto: Javier Soler
Hace poco más de 3 años, esta urbe me acoge, me lleva por sus calles, me enamora con su arquitectura, y me hace recorrer cada sitio imaginando a todas esas personalidades que conformaron importantes páginas de nuestra historia.
El empedrado de la Plaza del Himno, lugar donde aún se escucha el eco de las notas de esta emblemática pieza, entonadas por aquellos patriotas prestos a luchar por Cuba libre, que nos enseñaron a defender nuestras ideas por encima de cualquier sacrificio.
O imaginar el romance entre los barrotes de la ventana de Luz Vázquez, al tiempo que los acordes de una guitarra acompañan las conocidas rimas, que contagian a los que las escribieron moribundos de dicha y amor.
No son pocos los enamorados que disfrutan el paseo en un coche, como en el Bayamo de antaño, y el de ahora, pues la tradición se mantiene y todo el que llega a la urbe, no se pierde el recorrido del simbólico carruaje tirado por caballos.
Así es, que Bayamo encanta a quienes les visitan por su parque central, lleno de palomas y la limpieza de sus calles, como ninguna otra ciudad. Así celebra sus 500 años, tan renovada y llena de fachadas recién pintadas, que parece a aquella villa acabada de crear.


 

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