viernes, 28 de enero de 2011

La luz del Apóstol.

Crónica natalicio de José Martí:
Su luz aún hoy nos guía.

Por Aylen Medina Ferriol.
28 de enero de 2011.

Hoy vio la luz por vez primera, uno de los hombres más trascendentales de la historia, que se adelantó a su tiempo, para dejar a las futuras generaciones un caudal de saberes insustituible.

Ese hombre que de las vicisitudes de su condición social, descubrió las ventajas de aprender disímiles empleos para solventar la economía familiar, y convertirlas en experiencias para abrirse paso en la vida.

Para los humildes y por los humildes vivió, porque sus inicios así fueron, por ellos ofrendó su valiosa existencia, defendiendo el ideal de lograr una nación de hombres libres.

Su sueño fue el de edificar una obra con el sudor de obreros y campesinos, con el sufrimiento de las capas más pobres de la sociedad, esas por las cuales había que luchar y hacer causa común.

De su pluma salieron frases con una construcción perfecta y única, de larga visión, acabadas. Prueba fehaciente de su firmeza de carácter y de la suspicacia para vislumbrar lo que deparaba el futuro, para otros muchos, incierto.

En cada palabra escrita por él, se descubre un nuevo significado político, que ponía al desnudo, con la valentía de un titán, la aspereza de los problemas de la época que le tocó vivir.

Escritos con una lírica perfecta  y exquisita precisión, que se pasean de la crónica al ensayo, de la poesía a la prosa.

Hombre de acero que se endureció como las rocas de esa cantera, que pretendieron mellar sus ideas independentistas, las que aprendió de grandes maestros, en las escuelas más humildes.

Quién no recuerda al que escribió para las niñas y niños esas páginas tiernas, sentidas; páginas cargadas de maestría, hechas para alejarlos de la ignorancia y convertirlos en personas de bien.

Fue la inspiración cien años después de haber caído en Dos Ríos, de un grupo de jóvenes que daban continuidad a los más  puros ideales libertarios, y que asaltaron los dos cuarteles que hicieron historia.

Hoy toda Cuba honra su obra, y pone en alto uno de sus más preclaros pensamientos para no dejar caer nuestras conquistas, porque como dijo el Apóstol, la mejor manera de decir es hacer.

Y eso hacemos los cubanos, ayudamos a construir la nación que soñó nuestro José Martí, y que tiene en cuenta a cada uno de sus ciudadanos.

Su palabra y ejemplo hoy son banderas en esta Patria Libre, que se nutrió de los preceptos del maestro, que fueron legados de generación en generación, y de pueblo en pueblo.

Porque no sólo los cubanos honran sus ideas, todo el continente revive su espíritu porque logró lo que pretendía, de América ser hijo y a ella deberse.

Ya han pasado CIENTO CINCUENTA Y OCHO años del natalicio del más universal de los cubanos, y aún se habla de aquel hombre que vivió en el monstruo, y conoció sus entrañas.


Publicada en el Noticiero Provincial de Radio Bayamo, 28 de enero de 2011.