Por Aylen Medina Ferriol.
Género: Comentario.
Fotos: Internet.
Si para algunas personas hacer una crítica es una cuestión difícil, para otras recibirla lo es aún más.
¿Quién no ha pasado por la embarazosa situación de no saber cómo actuar cuando se cuestiona su modo de proceder?
La capacidad para aceptar y responder de forma adecuada a las críticas, no todos la poseen. Incluso cuando el consejo es constructivo.
La crítica forma parte indispensable de las relaciones humanas. Vengan de donde vengan, siempre apuntarán a un asunto a tener en cuenta por el cuestionado.
Y si son lógicas, fundamentadas, señaladas en el lugar correcto, si se expresan sin herir a quien las recibe, la tendencia es a asimilarlas.
Hay quienes argumentan que reciben mejor las opiniones si vienen de un buen compañero de trabajo, de su jefe o de un amigo, pero éstas, nada tienen que ver con que nuestras relaciones con los demás sean buenas o malas.
Cuando se malinterpreta o subestima lo que se nos dice, si un comentario nos causa molestia, despreciamos la oportunidad de mejorar o enriquecer lo que hacemos.
En este caso, es recomendable analizar con calma lo que se nos sugiere, para interpretar adecuadamente la realidad, valorar nuestros éxitos, reconocer nuestros errores y mejorar lo que nos quede pendiente.
La habilidad para responder a las críticas depende de la iniciativa propia. Hay quienes siempre dan la razón y agradecen las sugerencias, otros hacen preguntas para esclarecer sus errores o aceptan consejos para enmendarlos.
Si usted es de las personas que gusta de dar consejos a otros, antes analice si realmente tiene la razón y el tono en que lo dirá, para que la conversación fluya de manera positiva.
